Con 2025 a la vuelta de la esquina, es momento de recapitular sobre los objetivos conseguidos durante este año y comenzar a planificar los del próximo, siendo conscientes de los desafíos a los que se enfrenta cada ámbito empresarial. En el sector de Recursos Humanos, el plan de futuro pasa por transformar los modelos de trabajo tradicionales en favor de nuevas estrategias que consigan aumentar la productividad y mejorar la experiencia del empleado/a. Veamos cuáles son los principales retos de Recursos Humanos para 2025:
1. Reducción de la jornada laboral
Posiblemente uno de los retos más urgentes. Aún a la espera de conseguir un acuerdo definitivo entre gobierno, patronal y sindicatos, todo apunta a que la jornada laboral de 37,5 horas se implantará en 2025. Por tanto, las empresas deben comenzar cuanto antes a diseñar los ajustes necesarios, especialmente teniendo en cuenta que la reducción de jornada vendrá acompañada de la obligatoriedad de utilizar sistemas digitales de control horario.
2. Digitalización
La obligación arriba mencionada es una muestra más de que la transición digital es una necesidad imperativa. El uso de tecnologías y herramientas digitales se postula como la estrategia más eficiente para automatizar y optimizar los procesos de trabajo, desde el control horario y de accesos hasta las tareas administrativas, la gestión de visitas o la planificación de turnos, entre otros.
3. Uso de la IA
La inteligencia artificial es una tecnología clave para la digitalización, siendo cada vez más las empresas que apuestan por utilizar herramientas impulsadas por IA en sus departamentos. Por eso, uno de los próximos retos de RRHH es asegurar el cumplimiento de la normativa europea sobre IA, ya en vigor, que comenzará a aplicarse paulatinamente desde febrero de 2025.
4. Flexibilidad laboral
El cambio de paradigma en las necesidades y prioridades de trabajadores/as y empresas es evidente, y la flexibilidad laboral es un claro ejemplo. El teletrabajo, el horario flexible o la remuneración variable son nuevas modalidades de trabajo que ofrecen muchas ventajas pero cuya implantación también puede suponer un desafío. Por eso, es necesario encontrar herramientas específicas que se adapten a este nuevo modelo.
5. Ética, integración y equidad
Una de las prioridades del nuevo año debe ser conseguir un entorno laboral inclusivo, igualitario y diverso que vele por el bienestar del personal. Es imprescindible adoptar una ética corporativa que fomente la integración y evite cualquier tipo de discriminación. Dos herramientas fundamentales para ello son el plan de igualdad y el protocolo contra el acoso laboral, cuya elaboración, además, es obligatoria por ley.
6. Sostenibilidad
La situación climática y medioambiental actual obliga a las empresas a no mirar hacia otro lado e instaurar prácticas sostenibles y ecológicas en el lugar de trabajo, que pueden ir desde optimizar el consumo energético o reducir la producción de residuos hasta contratar proveedores de productos y servicios que ofrezcan garantías de sostenibilidad.
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