El derecho a la desconexión digital, regulado en el artículo 88 de la Ley de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, es una de las medidas implantadas en los últimos años para adaptar la legislación laboral a la expansión de las herramientas digitales en el ámbito profesional.
¿Qué es el derecho a la desconexión digital?
Toda persona trabajadora tiene derecho a que se respeten su tiempo de descanso y su intimidad personal, lo que implica desconectarse completamente de los dispositivos digitales de su puesto fuera del horario laboral. Esto significa que no está obligada a seguir trabajando ni a responder comunicaciones de la empresa una vez finalizada su jornada ni debe sufrir consecuencias por ello.
La ausencia de desconexión digital tiene un impacto negativo en la salud física y mental del/a trabajador/a, lo que deriva en un menor rendimiento y una mayor insatisfacción laboral.
¿Cómo garantizar el derecho a la desconexión digital?
Además de respetar este derecho, la empresa debe asegurar su ejercicio efectivo con la creación de una política interna específica que establezca medidas como:
Restringir las comunicaciones fuera de horario
Es un punto clave para la desconexión: no solo la empresa debe limitar las llamadas, los correos o los mensajes una vez acabada la jornada, sino que las/os empleadas/os deben aprender a ignorarlos hasta el día siguiente. Para ello, se aconseja configurar mensajes de respuesta automática en los canales de comunicación, así como apagar los dispositivos digitales del trabajo cuando finaliza el horario.
Seguir un control horario
Los sistemas digitales de registro de jornada, aparte de ser obligatorios por ley, son una forma fiable y objetiva de detectar cuándo alguien sobrepasa su horario o recibe comunicaciones después de que termine su turno. Es imprescindible, por tanto, revisar periódicamente los registros del personal.
Establecer reglas de disponibilidad
Los puestos de trabajo donde existen guardias no presenciales requieren una disponibilidad fuera de horario que debe pactarse. Es decir, el/la empleado/a tiene que estar disponible y localizable durante una franja de tiempo determinada y limitada según el contrato y el convenio colectivo correspondientes.
Planificar la jornada
La gestión del tiempo de trabajo es fundamental para impedir que la jornada se alargue. Se necesitan planificar las tareas diarias de tal forma que se prioricen las más urgentes y se posterguen las que se puedan finalizar otro día. Igualmente, las reuniones o los cursos formativos deben organizarse dentro del horario, con un límite de tiempo y, preferiblemente, que no sean a última hora.
Ofrecer formación y sensibilización
Además de informar al personal de las medidas implementadas, se debe concienciar sobre la conciliación laboral y la importancia de la desconexión digital. Para ello, se pueden ofrecer guías o charlas que fomenten un uso adecuado de los dispositivos digitales de trabajo y adviertan de las consecuencias de la sobreexposición tecnológica y la conectividad permanente.
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