Después de casi un año de negociaciones y bajo el lema «trabajar menos, vivir mejor», el pasado 20 de diciembre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CCOO y UGT firmaron el acuerdo de reducción de la jornada laboral ordinaria a 37,5 horas semanales. La medida debe seguir los cauces parlamentarios y ser aprobada en el Congreso para aplicarse, pero parece que la reducción de jornada puede ser una realidad a principios de 2026.
Disposiciones generales del acuerdo
Los principales puntos que refleja el acuerdo pueden resumirse así:
- Los convenios colectivos vigentes tendrán de plazo hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse a la nueva jornada.
- La reducción de la jornada no supondrá una reducción de las retribuciones de la persona trabajadora ni afectará a los derechos y condiciones que disfrutaba.
- El registro de jornada diario deberá efectuarse mediante un sistema digital, objetivo y fiable que permita realizar los marcajes personalmente, con un sistema de identificación inequívoco, y que proporcione a la Inspección de Trabajo y a los representantes legales de la plantilla acceso inmediato, tanto presencial como telemático, a los registros.
- En caso de ausencia de registro o falseamiento de los datos, se considerará una infracción por cada persona trabajadora afectada, con sanciones que pueden llegar a los 10.000 euros.
- Los contratos a tiempo parcial con una jornada igual o superior a 37,5 horas semanales se convertirán automáticamente en contratos a tiempo completo.
- Las personas trabajadoras tienen el derecho irrenunciable a la desconexión digital tras la jornada: no atender comunicaciones o peticiones de la empresa fuera de horario no podrá generar consecuencias negativas al empleado/a.
Cómo aplicar la jornada laboral de 37,5 horas
Una de las principales críticas a la medida es la dificultad de implementarla, especialmente en sectores que necesitan cobertura constante o que dependen de la demanda, como pueden ser hostelería, industria o agricultura. A la espera de la normativa oficial, se pueden considerar diferentes posibilidades:
Ofrecer horas extra
Absorber la reducción de jornada mediante la realización de horas extras puede ser una opción, siempre que se cumpla lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores. Sin embargo, esta medida supondría un coste adicional a la empresa.
Incrementar las contrataciones
Contratar personal adicional como refuerzo para cubrir todo el horario es asimismo una solución, aunque también aumenta el gasto laboral.
Ajustar la distribución de las horas
La nueva jornada habla de 37,5 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual, por lo que se pueden seguir diferentes estrategias según las necesidades de la empresa. Por ejemplo, reducir proporcionalmente el horario diario, aumentar y disminuir las horas según la demanda o implantar la jornada reducida ciertos días.
Invertir en tecnología
Además de la obligación de contar con sistemas digitales de control horario que incorpora el acuerdo, las compañías pueden beneficiarse de otras herramientas que optimicen el tiempo y aumenten la productividad, como pueden ser planificadores de turnos o gestores de tareas, entre otros.
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