Es posible que al escuchar el concepto inteligencia artificial (IA) nos vengan a la mente imágenes de robots comportándose igual que humanos. Aunque de momento estamos bastante alejados de ese escenario, lo cierto es que cada vez más empresas se apoyan en esta tecnología para realizar determinadas tareas. Antes de decidir si es conveniente o no integrarla en tu organización, primero deberemos analizar a qué nos referimos.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Una forma sencilla de definir qué es la inteligencia artificial podría ser: “una especialidad de la informática centrada en el desarrollo de equipos inteligentes capaces de aprender autónomamente”. Es decir, son sistemas que desempeñan tareas humanas específicas e imitan funciones cognitivas como el aprendizaje o el razonamiento.
Aunque parezca un concepto sacado de la ciencia ficción, lo cierto es que se lleva usando desde hace bastante tiempo. Por ejemplo, Alan Turing, uno de los precursores de la informática moderna, lo empleó por primera vez en un artículo publicado en 1950.
Tipos de inteligencia artificial en el ámbito empresarial
Es importante distinguir entre el concepto general de IA y los sistemas inteligentes que se pueden integrar eficazmente en una compañía:
- Inteligencia artificial aplicada. Esta variante, la más común, se enfoca a la realización de una sola tarea. Algunas aplicaciones prácticas serían controlar accesos, conducir un coche o enviar mensajes automáticos.
- Inteligencia artificial generalizada. En este caso, los dispositivos se encargan de encontrar soluciones a problemas desconocidos y, en teoría, pueden realizar cualquier clase de tarea. Se encuentra en fases muy tempranas de desarrollo. En el ámbito empresarial, encontramos aplicaciones como la automatización, las recomendaciones personalizadas o el procesamiento del lenguaje.
Ventajas de integrar la inteligencia artificial en tu compañía
Como vemos, incorporar una IA puede reportar muchos beneficios a varios niveles. Entre ellos, destacan especialmente:
- Automatizar procesos. Las tareas repetitivas, como generar informes de control horario, se efectúan y optimizan sin intervención humana. Por tanto, se ahorran recursos, aumentan los ingresos y se maximizan las oportunidades de venta.
- Potenciar la creatividad. Si la IA realiza los trabajos rutinarios, se puede dedicar más tiempo a las tareas creativas, con lo que la productividad aumenta.
- Reducir los errores humanos. Los problemas y riesgos asociados al fallo humano se minimizan al tiempo que aumenta la precisión.
- Mejorar la toma de decisiones. La información se analiza mucho más rápido y de una forma estructurada, por lo que las decisiones son más ágiles y eficientes.
- Aumentar la productividad y la calidad. Al manejar una gran cantidad de datos, tanto las máquinas como los empleados incrementan su rendimiento.
Consideraciones previas sobre el uso de una IA en tu empresa
Sin duda, la inteligencia artificial ofrece multitud de beneficios a prácticamente todos los sectores. Eso sí, siempre y cuando se aplique adecuadamente a la dinámica empresarial concreta. Por ello, es recomendable sopesar algunos aspectos adicionales:
- Disponibilidad de la información. Sin datos coherentes y de calidad, la inteligencia artificial no puede aportar valor. Por tanto, es necesario seguir una estrategia de extracción organizada desde el principio.
- Presencia de personal cualificado. Es necesario incorporar perfiles con cualidades y experiencia en este tipo de implementaciones.
- Coste y tiempo. Valorar cómo, cuándo y con quién se integrarán los sistemas de IA garantizará la rentabilidad del proyecto.
El potencial de la IA para todos los departamentos de una empresa es indiscutible. En Grupo SPEC pensamos que es una gran oportunidad de desarrollo que requiere aprendizaje e invertir tiempo en su implementación, pero que puede cambiar el rumbo de la compañía. Por eso, te animamos a que investigues más en profundidad todas sus posibilidades.