El sistema de trabajo en turnos rotativos es una manera muy habitual de distribuir la jornada laboral de una empresa, y resulta especialmente necesaria cuando hablamos de compañías que mantienen la producción durante largos periodos de tiempo o incluso de forma continua, como pueden ser fábricas, farmacias, supermercados, centros de atención sanitaria o establecimientos hosteleros. Por ello, es esencial diseñar eficazmente un cuadrante de turnos que asegure que todas las horas de producción están cubiertas y que el trabajo y los horarios se reparten de forma equitativa entre todos los empleados/as.
¿Qué son los turnos de trabajo rotativos?
En un sistema de turnos rotativos, los trabajadores/as van alternando el horario de su jornada laboral según un ritmo determinado, cambiando de turno según los días o las semanas. Dependiendo de ese ritmo, se pueden encontrar tres tipos de turnos rotativos:
- Turno discontinuo: la producción se divide en turnos de mañana y de tarde. Normalmente la actividad se detiene durante los fines de semana.
- Turno semicontinuo: hay tres turnos diarios, de mañana, tarde y noche, con uno o dos días de descanso donde se para la producción.
- Turno continuo: también hay tres turnos diarios, pero en este caso la producción no se detiene ningún día.
Cuando una empresa decide organizar turnos de trabajo, lo primero que debe tener en cuenta es la legislación vigente al respecto y asegurarse de que su cuadrante de turnos cumple la normativa:
- No se debe asignar un turno nocturno durante más de dos semanas seguidas a la misma persona salvo deseo expreso del trabajador/a.
- Debe haber un descanso de al menos 12 horas entre jornada y jornada.
- Si el horario supera las seis horas, el empleado/a tiene derecho a un descanso.
- El número de empleadas/os debe coincidir en cada turno y puesto.
- Se debe facilitar el cuadrante de horarios a la plantilla con margen de tiempo suficiente.
Organizar el cuadrante de turnos
Una vez conocida la legislación y establecidas las necesidades de producción de la empresa, se debe seleccionar el patrón de turnos de trabajo más adecuado. Estos serían los más habituales:
- 5×2: se trabajan cinco días, y se descansan dos.
- 6×2: se trabajan seis días y se descansan dos.
- 4×3: se trabajan cuatro días, en jornadas de más de ocho horas, y se descansan tres.
El siguiente paso es crear y gestionar el cuadrante. Para ello, tenemos dos opciones principales:
- De forma manual: se utiliza una plantilla de Excel o un programa similar. Esta opción solo es apropiada para pequeñas empresas con poca plantilla, ya que los datos y cálculos necesarios deben introducirse de forma manual, por lo que consume mucho tiempo y es más fácil cometer errores.
- Con un software de planificación de turnos: especialmente indicado para empresas con muchos empleados/as. Los turnos se asignan automáticamente según los parámetros que se deseen y, además, suelen integrarse con otras herramientas de RRHH y su gestión resulta más cómoda y eficaz.
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