Disponer de un plan de evacuación en una empresa es fundamental para para que ninguna emergencia pille desprevenidos a los trabajadores. Cuando sucede un imprevisto, nadie sabe cómo reaccionará, pero si tiene formación y conoce el protocolo adecuado, es más probable que tome las riendas de la situación.
Este es el motivo por el que los planes de evacuación, obligatorios en todas las empresas en cumplimiento de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, deben ser claros y estar bien estructurados. Cuando son fáciles de comprender, es más sencillo que los trabajadores los recuerden si están bajo presión.
Un plan de evacuación debe basarse en tres pilares fundamentales para no dejar nada al azar y para que sea sencillo de recordar. La clave está en indicar claramente cada uno de los pasos.
1. Los planos
Antes de comenzar con el desarrollo del plan de evacuación es necesario recurrir a los planos del edificio y de las calles que lo rodean. Solo con esta visión completa del entorno se podrá realizar un proyecto adecuado que tenga en cuenta la localización de los medios de protección y las posibles zonas de peligro.
El plan de emergencia tiene que reflejar claramente en los planos dónde se encuentran las salidas de emergencia, en qué lugares hay botiquines o material de reanimación y el punto de encuentro exterior para cada equipo. Además, el camino que seguir hasta este último debe estar indicado con flechas que no lleven a error. Si existe algún punto que haya que evitar en una evacuación, como una gasolinera cercana, hay que señalarlo explícitamente en los planos.
La importancia del mapa de evacuación radica en que es mucho más sencillo recordar una imagen con instrucciones simples que un texto, por explicativo que sea.
2. La descripción
A pesar del poder de las infografías, el plan de evacuación tiene que estar descrito detalladamente. Este documento debe reflejar todos los pasos que seguir de forma tan sencilla que los pueda comprender cualquier persona que los lea, incluso si es su primer día en su puesto de trabajo.
En este informe se tienen que pormenorizar:
- las características del edificio y de las zonas colindantes,
- los elementos de primeros auxilios o de protección disponibles en las instalaciones,
- todos los pasos que seguir en caso de emergencia, así como el orden exacto en el que se deben realizar.
3. Los responsables
Para que cualquier plan de evacuación y emergencia funcione a la perfección, hay que designar un coordinador y varios responsables que se encarguen de tareas específicas una vez activadas las alarmas. Para garantizar la seguridad de los trabajadores y visitantes de un edificio tiene que haber además un encargado de revisar que nadie se queda atrás, que las salas y los aseos están vacíos, que los ascensores están bloqueados o que el gas está cortado. Todas estas personas serán las últimas en abandonar el edificio y se asegurarán de que todo el mundo ha llegado al punto de encuentro designado en cada caso.
Para minimizar los descuidos, es de vital importancia hacer simulacros con el fin de que todos los trabajadores estén preparados ante una emergencia.
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